Historia de la traducción
La narrativa histórica de la traducción emerge de la necesidad de comunicación y comprensión entre distintos pueblos y civilizaciones. Desde los albores de la antigua Mesopotamia hasta la era de la globalización contemporánea, la traducción ha sido un pilar fundamental en la interacción y el entendimiento transnacional.
Los primeros ejemplos de traducción se encuentran en las tablillas cuneiformes de Mesopotamia, donde se traducían textos de sumerio a acadio para facilitar el comercio y la administración. En la antigua China, la traducción de textos religiosos y filosóficos fue crucial para la difusión de ideas.
En tiempos medievales, destacan figuras como San Jerónimo, cuya traducción de la Biblia al latín sentó las bases para la difusión de la fe cristiana en Europa. Asimismo, durante el Renacimiento, la labor de eruditos y humanistas fue crucial en la traducción de obras clásicas, propiciando un florecimiento de conocimiento y cultura en el continente europeo.
En la actualidad, la traducción es una herramienta esencial en el ámbito legal, notarial y empresarial, donde la precisión y fidelidad lingüística son imperativas para la correcta interpretación y aplicación de documentos legales y contratos comerciales.